¿Porque Taiwan?

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Razones para no abrir podríamos encontrar muchas. Ya estamos en muchos países, en algunas regiones con personal insuficiente, las vocaciones no llegan y los misioneros se envejecen…Aun así, hay un “gusanillo” dentro de nosotros que nunca nos deja tranquilos con lo que estamos haciendo y que nos impulsa a mirar más allá, allí donde el evangelio es más desconocido. Ese “gusanillo” que Dios ha metido en nuestros corazones no es otra cosa que nuestra vocación misionera.

Así, durante nuestro último capítulo general (reunión importante donde se toman las grandes decisiones de nuestro instituto) nos propusimos abrirnos más decididamente hacia Asia con una nueva apertura en otro país de este continente. La China, que es donde pensamos primero, quedo descartada por ahora pues, lamentablemente, no se puede realizar una labor misionera abiertamente. La situación actual es que muchos gobiernos de Asia no aceptan el trabajo de misioneros extranjeros porque lo consideran una intromisión de otros países. Hoy por hoy son pocas las puertas abiertas a los misioneros en este continente.

Una de esas pocas puertas abiertas es Taiwán. Este país puede ser considerado “tierra de misión”, es decir, lugar donde la tarea principal de la Iglesia es la primera evangelización, el primer anuncio del evangelio. En una población de más de 23 millones, el número de bautizados es solo de 300.000. Para realizar esta tarea todavía hace falta la colaboración de misioneros de fuera pues las vocaciones locales son muy escasas. Otro incentivo a la hora de elegir este país ha sido el que la comunidad que se creara en este país podrá convertirse un día en una plataforma para poder enviar desde aquí misioneros a China continental pues se habla el mismo idioma, el mandarín, aunque los taiwaneses tenga su propio idioma. Otra razón que hemos considerado en este discernimiento es la cercanía con las otras dos presencias de nuestro instituto en Asia: Corea del Sur y Mongolia.

Aunque cada vez hay más asiáticos entre nosotros, Asia es todavía el continente más desconocido. Es verdad que estamos recibiendo una gran influencia cultural que nos llega a través de las artes marciales, técnicas de meditación budista, taichí, métodos de relajación, medicina asiática, etc. Pero todavía hay mucho puentes que levantar para entrar en un verdadero dialogo cultural y religioso con un continente tan rico y fascinante. Nosotros misioneros estamos llamados a ser  uno de estos puentes.


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