Nos dejó el calor bochornoso. Adiós, nos vemos el próximo año. Pero apareció un nuevo compañero  de viaje. El cansancio mental. Y es que intentar meter en tu mente este idioma tan difícil y extraño no se puede hacer sin adoptar a este nuevo amigo.

¿Cómo es este nuevo amigo? Imagínate. Después de dos horas de clase luchando para familiarizarte  con tonos 
raros, caracteres nuevos, sonidos nuevos y raros,  no te quedan fuerzas para nada. Hacer familiar lo nuevo y raro cansa mucho. Y el problema es que aunque descanses (bendita siesta) la sensación de cansancio persiste. Con ella a cuesta te toca hacer la tarea. Lo que te de si el cuerpo. Hay día que te da hasta para unas tres horas de estudio. Veremos a ver en adelante.

Este cansancio también  te quita las ganas casi de todo lo que implique esfuerzo mental. Me he tenido que armar de valor para ponerme delante del ordenador a escribir este artículo. Hace que lo que más desees en este mundo sea descansar. Hay que tomarse un respiro de vez en cuando.

Sabemos que esto es una larga carrera. Todo un maratón para tu mente. Si queremos llegar  al final nos tocara llevar un ritmo lento para dosificar fuerzas.

Pero sobre hay que acoger este nuevo compañero de viaje pues parece que se va a quedar con nosotros por un tiempito. Más vale hacerse amigo de él   aunque su presencia sea un poco desagradable.

Hoy es el día mundial para recordar la misión universal de la Iglesia. Día especial para dar gracias a Dios que nos quiere aquí y que nos da la alegría interior y la paz del corazón para vencer todos los obstáculos que la vida misioneras depara. Ahí vamos, cansados pero contentos. Gracias a Él.