Ha llegado la hora de decir adiós

Después de 5 años en Taiwán ha llegado la hora de decir adiós. El 10 de septiembre salgo para España.  Allí voy a pasar un año sabático, para cargar de nuevos las pilas y también para estudiar algo que desde hace tiempo quería hincarle el diente. Voy a hacer un master en “relación de ayuda y counseling” donde espero prepararme mejor para poder ayudar personas que estas sufriendo por diferentes motivos. Después de este año todavía no tengo un destino de trabajo concreto, pero si será dentro de Europa, la nueva región donde ha sido destinado.

Atrás dejo 19 años de mi vida misionera en Asia, 14 en Corea del Sur y 5 en Taiwán. Si, 19 años comiendo arroz cada día con palillos. Y después de todo este tiempo, desde el corazón me brota un GRACIAS en mayúsculas a Dios que me ha llamado a compartir mi vida con esta gente que he llegado a entender (al menos un poco) y a querer, que es de lo que va esta vida misionera. Para mi Asia no son ya esas tierras lejanas y extrañas, con gente muy diferente a nosotros. Para mí ya son mi casa y mi familia.

También un gracias a mis hermanos de comunidad, con los que he compartido tantas experiencias y que me han dado tanto apoyo y comprensión, especialmente en los momentos más difíciles. A ellos les dejo el relevo de esta misión y les deseo lo mejor.

Que Dios os bendiga a todos y seguimos unidos estemos donde estemos.

(Eugenio Boatella Cumpian).